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Los Increíbles Dos


Una de las frases que más escucho cuando trabajo con los papás es “mi hijo está en los terribles dos”. Cada vez que escucho esta frase se me rompe un poco el corazón, porque pienso que como adultos, catalogamos muy rápido a nuestros hijos en etapas y comportamientos negativos y nos olvidamos de las maravillas que cada etapa evolutiva tiene.

Es bueno puntualizar que es una etapa de muchísimos cambios. Los niños descubren su independencia, aprenden límites, comienzan a interesarse por el mundo que los rodea, comienzan a desarrollar una idea de lo que esta bien y lo que esta mal, etc.

Por lo tanto, en el mundo cambiante, mi hijo necesita encontrar un punto de estabilidad, y esa estabilidad la busca en los padres. Si yo, no le demuestro seguridad y estabilidad a mi hijo, lo más probable es que todos estos cambios le desarrollen miedos, angustia, desesperación, etc.

Por lo mismo, el día de hoy, primero les voy a hablar de las características increíbles de nuestros hijos en esta edad, y como esas mismas características los pueden llevar a hacer un berrinche o tener un mal comportamiento. Y después daré herramientas que pueden ayudar a prevenir o controlar estas situaciones.

Maravillas de los increíbles 2.

(que se pueden dar desde los 18 hasta los 42 meses)

Voy a enfocarme en describir 3 de esas cosas increíbles que tu hijo aprende, descubre y desarrolla a esta edad. También voy a explicar como es que esta característica tan maravillosa lo puede transformar en un verdadero Hulk. Así, podrás cambiar tu enfoque y apreciar todo lo que tu hijo está viviendo en esta etapa, comprender la razón detrás de su comportamiento “negativo” e implementar una estrategia para prevenir o controlar la situación.

Boom del lenguaje

Si bien, la mayoría de los niños aprenden sus primeras palabras antes de los dos años, es al rededor de esta edad que se da el boom del lenguaje. Los niños aprenden cientos de nuevas palabras en esta etapa y se convierten en verdaderos merolicos. Es una etapa divertidísima, porque suelen sacar frases rimbombantes y sonar como pequeños adultitos, o utilizar palabras domingueras que muchas veces nos hacen sacar la carcajada y preguntarnos de dónde sacó esa palabra.

Esta misma explosión del lenguaje puede generar frustración en mi hijo si no se siente escuchado o comprendido. Los berrinches en esta situación se dan cuando mi hijo se siente ignorado, cuando el mensaje que quiere dar no es comprendido o cuando se le niega una petición.

Ejemplos de estas situaciones son:

  • Ya me habló mil veces "mamá, mamá, mamá” y yo estoy en el celular, o haciendo alguna cosa y no lo escucho.

  • Mi hijo me está relatando una historia y yo lo ignoro, respondo algo que no tiene que ver con lo que me dice, o utilizo una frase genérica de entendimiento como “¿en serio?, y ¿qué pasó después?, qué barbaridad” etc.

  • Mi hijo me pide algo (un dulce, un juguete en la tienda, etc) y mi respuesta es no, sin explicación.

Darme el tiempo para escuchar a mi hijo, darle una explicación corta y de acuerdo a su edad, y hacerle ver que lo escucho (aunque no le entiendo) son soluciones rápidas para prevenir que su frustración lo lleve a una actitud negativa.

Curiosidad

A los dos años el niño ya comprende que es un ser independiente de su mamá y empieza a desarrollar una curiosidad impresionante por el mundo que lo rodea. El niño constantemente está generando hipótesis en su cabeza y su espíritu curioso lo lleva a comprobar esas hipótesis. Es por eso que comienza la edad del eterno “por qué”. También es por eso que sentimos que nos descuidamos un minuto y nuestro hijo ya está llevando a cabo una nueva hazaña o “travesura”.

El objetivo de nuestro hijo es conocer su mundo, cómo funcionan las cosas, medir riesgos, etc. Es muy importante puntualizar que los niños antes de los 30 meses (aproximadamente) no han desarrollado por completo la comprensión moral de lo que esta bien y lo que esta mal, por tanto hasta los dos años y medio aprox, los niños actúan fundamentándose en lo que quieren o necesitan y no toman en cuenta la moralidad de su acción.

Es por todo esto, que muchas veces lo que nosotros, como adultos, catalogamos como un mal comportamiento, para ellos no lo es. Esto no significa que debo dejar que haga lo que sea, esto significa que en lugar de regañarlo y frustrar su espíritu curioso, debo guiarlo para que vaya comprendiendo lo que esta bien y lo que esta mal y desarrollando en él su conciencia moral.

Independencia

Como expliqué anteriormente, en esta etapa el niño entiende que es un ser completamente independiente de su mamá (los niños hasta el año de edad aproximadamente creen que su mamá y ellos son la misma persona). Esto, junto con su desarrollo motriz hace que los niños a esta edad sientan un profundo sentido de independencia.

Esta independencia los lleva a tener 2 tipos de comportamientos. Por un lado, comienzan a medir límites, es decir, hasta dónde pueden llegar. Por otro lado, comienzan a desarrollar un sentido de individualidad que los lleva a querer hacer las cosas por ellos mismos.

Las ventajas de esto, es que se vuelve una etapa perfecta para que aprendan a comer solos, tomar agua sin vaso entrenador, aprendan a ir al baño, a vestirse, a bañarse, etc. La desventaja es que muchos de sus berrinches surgen de la frustración de no poder hacer las cosas que quieren hacer o cuando sienten que les están limitando esta independencia. De aquí surgen esos berrinches (que a veces son los que más nos molestan a los papás) por cosas que para nosotros son insignificantes. Yo le puse el suéter y se lo quería poner solo, le di el vaso azul y quería el verde, aventó una pelota y no cayó en donde él quería, se acabó un capítulo en la televisión y él quería seguir viéndolo, etc.

Comprender que mi hijo tiene una necesidad de sentirse independiente y de descubrir los límites puede ayudarme a tener más paciencia y utilizar herramientas distintas para fomentar su independencia sin frustrarlo.

Como prevenir y controlar berrinches y conflictos

Hay muchas herramientas que me pueden ayudar durante esta etapa, y el día de hoy yo les voy a presentar 4 de ellas.

Comprensión antes de corrección

Muchas veces, cuando nuestro hijo hace algo que no nos gusta nos vamos directo al grito o a la nalgada. Utilizamos frases como “te he dicho mil veces”, “ya me tienes harta”, “por qué no entiendes” etc. Y todos estos métodos correctivos, descartando si son efectivos o no, pueden romper el espíritu de mi hijo y frustrarlo.

Si entiendo la etapa en la que se encuentra mi hijo, es más probable que intente comprenderlo en lugar de regañarlo. La próxima vez, antes de gritar, golpear, o humillar, puedes preguntarle “¿Por qué lo hiciste?”, “¿Sabes que lo que hiciste estuvo mal?”, etc. Escuchar a nuestros hijos abre puertas de comunicación valiosas, les demuestra que estamos ahí para ayudarlos y promueve habilidades para la vida en ellos.

Rutinas

Los niños a esta edad necesitan límites claros para sentir seguridad de su entorno. Las rutinas son herramientas extremadamente valiosas para implementar límites, orden, horarios, etc. Lo más importante de implementar las rutinas, es hacerlo en conjunto con nuestros hijos, ser constantes y comprender en qué situaciones puede haber flexibilidad.

Abrazos

Un abrazo puede lograr mucho, en especial en esta edad. Muchas veces un berrinche puede ser detenido cuando le dices a tu hijo “necesito un abrazo” hablar de una necesidad tuya toca su parte empática y lo invita a salir de si, para dar a alguien más.

Puede ser que tu hijo no quiera darte el abrazo, y eso hay que respetarlo, puedes dejar la puerta abierta diciéndole “Yo necesito un abrazo, cuando estés listo para dármelo te voy a esperar aquí sentada”.

Una de las cosas más importantes es no negarle abrazos o muestras de cariño a nuestros hijos. A veces nuestro enojo nos lleva a rechazarlos y ese rechazo genera heridas profundas y duraderas en ellos.

Brinda opciones.

Cuando yo le doy opciones a mi hijo y permito que decida, es importante tomar en cuenta dos puntos. Por un lado, las opciones son limitadas (2 máximo 3) y son elegidas por mi. Por otro lado, la decisión debe ser de él y debe ser respetada por mi.

Por ejemplo: quieres que te sirva agua en el vaso verde o en el azul, quieres que te ayude a ponerte la pijama o lo haces tu solo, quieres jugar adentro de la casa o en el jardín.

Que mi hijo aprenda a tomar decisiones desde pequeño, no solo le va a ayudar para desarrollar esta habilidad para la vida, también le va a fomentar su sentido de independencia y lo va a hacer responsable de sus actos.

Si quieres conocer más herramientas para fomentar habilidades para la vida en tus hijos, te invitamos a contactarnos y a tomar nuestro taller de Disciplina Positiva.

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